Hay una gran probabilidad de que un número significativo de personas nunca haya escuchado sobre la Tampografia a pesar de quizá estar en contacto con objetos que han sido tampografiados y desconocer de ello. La verdad es que es una de las opciones más antiguas de impresión remontada desde los años 1969 para la particularización de objetos en casi cualquier material en búsqueda de reducción de tiempo.
Hoy en día esta entre una de las opciones más rentables en el mercado gracias a la gran variedad de materiales que pueden ser personalizados con este método. Es elegido en la impresión de logotipos para pendrives por la versatilidad en la que puede imprimir en cualquier forma de superficie, ya sea plana, curva, corrugada, cilíndricas, etc. Y en vasta gama de materiales como plástico, goma, madera, vidrio, cerámica, metales, entre otros. Esto se debe a que cada máquina Tampografia funciona con tres partes esenciales: El tintero cerrado; que alberga la cantidad de tinta necesaria para la impresión y procura que no sufra de variaciones inesperadas en las tonalidades de color, requiriendo además un nivel de mantenimiento mínimo en comparación a los tinteros abiertos.
El Tampón; que está hecho de caucho o silicona y recolecta la tinta, siendo capaz de amoldarse a cualquier superficie, aplicando presión sobre el material y duplicando la imagen deseada. Por último, el Clisé; que es la superficie donde el Tampón recolecta la tinta para la impresión. La forma más básica de explicar la Tampografia es verla como un sello aplicable a cualquier superficie.